Ángeles y Demonios

La cultura es energía en movimiento, poder de transformación de comunidades vivas. En San Javier tenemos al menos 40 años de historia del rock, y seguramente más. Alguno de nuestros padres recordará agrupaciones autóctonas que datan de mucho antes de nuestro nacimiento. El rock se impuso como patrimonio cultural global en los años 60, cuando la rebeldía juvenil se hizo camino a la esperanza. Hubo que cambiar el mundo, hubo que «pintarlo de negro».

Es curioso que nuestro país haya sido tan receptivo al rock, quizá mucho más que otros países latinoamericanos: hoy en día Argentina marca una tendencia y renueva siempre influencias en la escena latinoamericana del rock. Quizá estas relaciones tan contradictorias y sin embargo íntimas con la cultura inglesa hayan influído, como en el caso del fútbol. De algún modo a los argentinos nos tocó padecer escenarios parecidos, y relaciones opresivas similares a la de la cuna británica del rock. Industrias que exprimían salvajemente las libertades de la creciente clase trabajadora crearon atmósferas que solo podían liberarse en un grito áspero. Así como habían gritado los esclavos confinados al algodón del sur norteamericano, y que ya llevaban años de blues y rithm&blues.

Quizá por estas realidades es que no podemos juzgar a la ligera la cultura «nacional» y reducir nuestras expresiones a aquello que arbitrariamente se dice «folklore», que de hecho es una palabra inglesa, y que incluso puede ser una forma de definir peyorativamente a la cultura. No tenemos que olvidar que los antropólogos y sociólogos del período colonial estaban muy preocupados en crear definiciones (términos) que separen la cultura del imperio colonial de aquellos pueblos colonizados. Como tampoco tenemos que dejar que las expresiones tradicionales queden limitadas a un gremio de conservadores, ahí tenemos buenos ejemplos de libertad en artistas como el Chango Spasiuk hoy en día, y si uno viaja al pasado todos los hoy clásicos han sido innovadores: Ernesto Montiel mezcló el schottis alemán, los ritmos africanos brasileños y el chamamé; y Ariel Ramírez compiló todos los tipos musicales de cada provincia en una celebración religiosa. Solo para nombrar un par.

Instantáneas de la historia de un rock Sanjavierino

Eran inviernos largos y helados los de los 15 años, y haciendo honor a algunas críticas, quién suscribe no podía permanecer quieto en un San Javier todavía demasiado afectado por la parálisis emocional de la guerra-dictadura, escondida en el inconsciente de cada abuela: cortate el pelo mirá que te van a lleeevar ¿ehh??  La nuestra era una rebeldía tímida y bastante oscura, todo el mundo esperaba que pase algo pero las siestas, las tardes y las noches transcurrían en cámara lenta. Me acuerdo de los primeros cigarrillos, y de jugar competencias de escupitajos, mientras caía la helada. En la radio aparecía como un mantra «Solo los chicos» de Mr. Paez, y la vibración que transmitía era como… que en alguna parte del país estaban pasando cosas alucinantes, pero que acá, atrapados en el remolón atardecer interminable, nos perdíamos todo. Era la época de «Kao’s disco», y de unos tremendos bailes en la pista del «gallego» dónde siempre pasaba algo, ahí sí.  Íbamos de un lado a otro, cada quien con su mundo interior a punto de explotar, una cosa muy adolescente, creo. Y todo era repetitivo y plácido al mismo tiempo, siempre difícil acercarse a la chica que te gusta mientras alguno, que se las daba de «langa», no paraba de peinarse la típica «coleta ochentera».

Pero un buen día, o mejor dicho una buena noche, con un alto nivel de insensatez alcohólica, pudimos entrever una banda de rock cuya existencia yo todavía desconocía en aquel paisaje: un par de pelilargos, otro que se lo estaba dejando crecer y un guitarrista que era una eminencia y cargaba un look de administrativo bancario: ¡Era increíble! Era Némesis. No casualmente invocaban a la diosa de la venganza. La venganza de toda una generación gris y sumisa. La venganza apareciendo sobre una comunidad de autómatas, con  unas canciones que escarbaban en la poesía tremendamente romántica de la época, para castigar la vulgaridad que iban tomando los tiempos.

Y todos saben que la historia no termina ahí y, como dije antes, no empieza tampoco aquí. Esto es apenas una «instantánea» con la que quiero provocarlos a que escribamos la historia del rock en San Javier. No estamos demasiado viejos todavía, ¿No? ¿Quién tiene algo más que contar? Acá siguen estos pioneros dando vueltas como si nada hubiera pasado ¿Quién es capáz de recordar?

Una fábula de Ángeles y Demonios

Corría el año 2008 cuando Caio (Claudio Gervasoni) pudo comprar, finalmente, su equipo de guitarra. Había que ponerlo a funcionar, quizá por eso, buscando cosas en el depósito, reencontró una vieja batería que le había estado guardando durante mucho tiempo a un olvidadizo amigo. Desde aquel día los vecinos no pudieron recuperar la paz, ya que Marcos (Baucero) estaba dispuesto a aguantar prolongados ensayos dándole al parche. Esta pasión por el ensayo acabaría por refinar las bases calcadas a aquellas bandas que tempranamente influyeron sobre el naciente grupo: Kiss, Gun’s, y Rata Blanca. Entonces se produjo el advenimiento de la estrella fugaz del grupo; Mike (Miguel Ríos) el vocalista. La empatía fue inmediata, y la presencia de Mike le sumó personalidad al entonces ya trío. Lo que hacía falta para completar era un bajo. Mike hizo conexión con Pino (Alejandro Zafaroni) que se incorporó inmediatamente con su equipo propio y el grupo quedó, entonces, constituído. Los ensayos se intensificaron, la onda era juntarse siempre que se podía. Nacía así «Ángeles y Demonios», aunque hay anécdotas que mencionan que otro posible nombre para el grupo fue tentativamente «Cascote».

Playa Rock

San Javier da a luz, entonces, a un encuentro fuera de serie para este género que ha venido creciendo generación a generación: el Playa Rock, y allí en la primera edición debuta Ángeles y Demonios. Es también la primera experiencia escénica del grupo que, aunque Caio describe como desastrosa, dejó al público encantado.

Y entre ese público se encontraba Javi (Javier Gonzáles) un ya brillante guitarrista que se entusiasmó con el proyecto y aceptó sumarse, de allí en adelante, como primera guitarra. Javi trajo consigo al tecladista Julián Gervasoni y así acabó de completarse la formación oficial de la ahora consolidada agrupación:

voz: Miguel Ríos

teclados: Julián Gervasoni

bajo: Alejandro Zafaroni

segunda guitarra: Claudio Gervasoni

primera guitarra: Javier Gonzáles

batería: Marcos Baucero

Vas a poder

Transcurría la primavera de 2011 cuando tras algunas reuniones amenas de Ángeles y Demonios y Golondrina, más las charlas en la siesta con Mike, decidimos intentar filmar un videoclip del tema insignia de la agrupación: Vas a poder.

El problema principal es que no disponíamos de una grabación de estudio del tema, y esperar a que la grabación del demo se realize era postergar indefinidamente el video. Así que optamos por el camino «rústico» y grabamos el tema en vivo. En un ensayo en la casa de Marcos, directamente, sin aislar la batería, y sin tomas selectivas, en una grabadora Zoom, hicimos la grabación. El resultado fue natural y crudo, así se escucha en esta primera versión del video.

Hoy, a más de medio año de aquél encuentro, Ángeles y Demonios graba y masteriza su demo. Esperamos, en el futuro, poder realizar nuevos videos y versiones.

El videoclip

Las primeras tomas del clip las hicimos en la casa de campo que Lucas Bielsa amablemente nos facilitó. El escenario era tan rústico como necesitábamos, en medio de la vegetación prodigiosa. El gato de Lucas participó sin fines de lucro en la puesta en escena.

En el primer ensayo en la casa de Marcos grabamos la segunda serie de tomas. Las condiciones de luz eran realmente las peores, en un punto la lente de la cámara se empañó ya que éramos más de diez personas en la habitación. Esta fue la única ocasión en  que la agrupación estuvo reunida en su totalidad, aunque nunca hubo un «tiro de cámara» suficiente como para retratarlos a todos juntos.

El último grupo de tomas se realizó otra vez en la casa de Lucas, pero en esa ocasión estuvieron ausentes Javi y Mike.

La estética original del clip estaba planeada en primeros planos y detalles de los instrumentos, con atmósfera melancólica. El escenario nos llevó a buscar más tomas generales, e incluir un poquito el paisaje. Finalmente durante la edición el problema consistió en resolver la longitud de la canción, ya que teníamos realmente poco material filmado. Además al tratarse  de un tema con mucha riqueza y variedad de atmósferas nos obligaba a encontrar un equivalente visual a cada momento. Por esto último se decidió incorporar algunos efectos visuales y fundidos en los momentos de climax sonoro.

Esta es una canción que invoca la esperanza que se necesita para existir y superar todos los obstáculos que nos trae la experiencia de vivir, por eso la naturaleza viva se va instalando también en la imagen.

Rock de estas costas

Este es nuestro homenaje a los grupos de rock que han persistido durante tantos años haciendo cultura en estos parajes y a las vidas abiertas a la esperanza y al grito áspero de la rebeldía, a iniciativas como es Playa Rock, y a los circuitos de festivales que incluyen al rock como expresión legítima y autóctona. Golondrina enciende los amplificadores para todas las bandas de rock que quieran publicar aquí sus trabajos, así como tender lazos de colaboración para repetir experiencias como la de Ángeles y Demonios.

La mirada y el trabajo cinéfilo sobre «El último malón»

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Sinopsis: Reconstrucción de la última rebelión indígena de los Mocovíes en San Javier, al norte de la provincia de Santa Fe, en 1904. Al principio se expone la situación a la que el avance de la civilización ha reducido a los indios, despojados de tierras. Luego se cuenta el ataque del malón y su derrota.

Uno de los personajes a través de los cuales seguimos la historia es Salvador Jesús, líder indígena que reclama la devolución de las tierras a su pueblo. Ahí están también los comerciantes que han introducido el alcohol entre los indios, que lo desconocían, para explotarlos; los estancieros que se han quedado con las tierras expropiadas; la policía y el Ejército que sólo parecen estar ahí para reprimir.

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Pero acaso lo más notable del film sea la manera en que se anticipó al cine documental apenas posterior y también a algunas tendencias que se consolidarían ocho décadas después: el cruce entre el registro documental (cuando se muestra la vida en las tolderías) y la ficción.

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“El hecho histórico está, y es, que a los indios los hicieron mierda”, dice Fernando Martín Peña, acerca de una situación sobre la que la película no deja lugar a dudas. “Y el punto de vista desde el cual se presenta al indio es coherente: la derrota del malón tiene que ver con las divisiones internas de los indios. Mientras que la ciudad está toda junta esperándolos, y hasta se muestra el falseo de la información que el hombre blanco recibe sobre el indio: a Rosario llega la noticia de que se acercan en hordas tremendas. El hombre blanco es visto de manera negativa, en tanto se lo acusa de introducir el alcohol en la vida del indio, así como se habla de cómo se le sacó la tierra y se lo dejó sin nada. Pero cuando se pone al espectador del lado del indio se lo hace de una forma no compasiva; no se lo exculpa por lo que hizo mal o por no saber organizarse mejor para encontrar una estrategia, no se lo idealiza, ni perpetúa el mito del buen salvaje, sino que se le reconocen los derechos que le corresponden, que es algo que no se hacía es esa época”

Jurista, periodista y escritor, Alcides Greca filmó esta película en la región de la que era oriundo, San Javier, provincia de Santa Fe, en una época en que casi toda la producción Cinematográfica se concentraba en Buenos Aires.

Cine Mudo Argentino en "El Amante Cine"

Sinopsis del Malba (Ciclo de Cine Mudo Argentino en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires): Cuatro años antes de que Robert Flaherty estrenara Nanook el esquimal el escritor Alcides Greca realizó en Santa Fe esta experiencia que no sólo anticipa el cine antropológico sino que borra tempranamente las fronteras entre documental y ficción. Una primera parte describe la situación de miseria a la que han sido reducidos los mocovíes en el norte santafesino. La segunda parte reconstruye, en parte con sus protagonistas, el ataque al pueblo de San Javier que los mocovíes lanzaron en 1904.
El último malón fue rescatado del olvido en 1956 por Fernando Birri y la Escuela Documental de Santa Fe, con la exhibición de una copia original de 35mm., proporcionada por la familia de Alcides Greca. En 1968 elCineclub Rosario gestionó una reducción a 16mm. que fue realizada por el técnico Fernando Vigévano. Dado que la copia en 35mm. hoy se considera perdida, la versión que se exhibe se realizó a partir de la reducción a 16mm., conservada por el Museo del Cine.

Por referencias del cineclubista Alfredo Scaglia y del historiador Jorge Miguel Couselo, se sabe que la versión original tenía virados a distintos colores, como era usual en el cine de la época. Dichos virados se habían perdido en la reducción (realizada en película blanco y negro) y para reconstruirlos se utilizaron apuntes de Couselo y testimonios del cineclubista Octavio Fabiano, que llegó a examinar la copia original del film. Además se corrigió la extensión de los intertítulos, alterada por la reducción porque Vigévano se vio obligado a copiar casi todos ellos a partir de fotogramas fijos, para eligir los menos deteriorados. También se rescataron algunos textos ilegibles por defectos de contraste, se originó un nuevo título a partir del diseño original y se estimó una velocidad presumiblemente correcta para su proyección. La música original fue compuesta e interpretada por Fernando Kabusacki y Matías Mango.

Fuente: Cine-Clásico (http://www.cine-clasico.com/)

Así en la pampa como en el río

por Juan Manuel Santamaría*

Yo escribiría la historia de una ciudad. No de un país, ni de una provincia:
de una región a lo sumo.

J.J. Saer. “Algo se aproxima”.


A Julio Migno no le gustaba que lo llamaran “El Poeta de la Costa”, quizás porque sentía a esta definición como una categorización reduccionista, que dejaba a su poesía circunscripta sólo a quienes podían sentirse representados por ella en ese contexto geográfico. “Con ese criterio tendríamos que llamar a Hernández “el escritor de la pampa”, o a Cervantes “el escritor de la Mancha”, solía decir. El prefería que solamente se lo nombrara como poeta o como escritor, sin nada que vulnerara el sentido trascendente que él sabía que latía en el fondo en su obra.

Pero si entendemos que quién le canta a una región determinada de un país, y de un continente como el nuestro, suma su voz a la gran polifonía, necesaria para nombrar la tremenda diversidad que es ésta América, y donde al decir de García Márquez, “los artistas han tenido que inventar muy poco, y tal vez su problema ha sido el contrario: hacer creíble su realidad”  al referirse a la desmesura que encierra, entonces sí, podemos decir, que ésta definición de “Poeta de la Costa”, puesta en el gran contexto de la literatura americana, adquiere un sentido relevante, como pieza importante de un gran rompecabezas.

Porque América es eso, el continente del encuentro, del mestizaje, del crisol de razas, de la multiplicidad de cosmogonías, y cada parte de ella contiene a ese todo maravilloso, que en nuestro albardón costero, a cada paso se torna más y más evidente, a medida que recorremos sus rincones. Allí están los restos fundacionales de la conquista, las huellas del indio y de la evangelización, en reducciones que dieron origen al nacimiento de pueblos y ciudades, las de los primeros criollos y su posterior alumbramiento “el gaucho”, como así también las del aluvión inmigratorio.

Esa fue la encarnadura particular, el sedimento basal, desde donde Julio Migno iba a expresar su universalidad poética; San Javier su pueblo, heredero y parte de toda esa historia, enclavado en medio de esa inmensidad de pampa y río, que como él solía señalar, “paisaje que siempre está en movimiento”, habría de conformarse en una obra poética que representaría una expresión existencial, a la vez que un alegato social por los padecimientos del indio, de la lucha del criollo por la justicia y la libertad, y un canto a la paciente laboriosidad del “gringo” por sumarse a esa historia. Si alguna vez expresó, ante los 500 años del descubrimiento, que en esta Argentina “debíamos darnos el abrazo definitivo entre el indio, el criollo y el “gringo”, como expresión de unidad social de cara al futuro, en su obra hacía tiempo que esto se había dado.

Paul Valéry decía que toda literatura es colectiva, y esto creo que no solo es en el plano de lo social, sino también de lo literario, ya que nadie crea nada de la nada. Por eso me atrevo a decir que en estos autores se da una confluencia con sus pares antecesores, y que en el estilo de Migno está sumamente clara, digerida y mezclada con su propia arcilla, con su propia energía creativa, brindando una obra totalmente original.

La Argentina que Hernández contraponía al modelo europeizante, y de la cual Martín Fierro se torna expresión y defensa en términos épicos, y la que más tarde va a retomar Lugones en “El Payador”, está en lo más hondo de su inspiración, sin dudas. En sus cuatro libros, que forman lo medular de su producción literaria, “Amargas” (1943), “Chira Molina” (1952), “Yerbagüena, el mielero” (1947) y “Miquichises” (1972), Migno, como sucede con Hernández transmutándose en Fierro, hace hablar al personaje, le cede la palabra al costero, no es el propio autor el que habla; condición que sólo se puede lograr con total autenticidad a partir de un gran conocimiento y una plena identificación con quién se trate de hacer expresar.

En este sentido, para entender más su importancia dentro de este mosaico americano del que hablamos al principio, cabe señalar, que esto mismo podemos encontrar en tantísimos escritores de Latinoamérica, a quienes esa capacidad de consustanciación les ha permitido ahondar en lo más profundo de su pueblo; tomemos por caso, el de Juan Rulfo a la hora de escribir su Pedro Páramo, cuyos personajes son absolutamente provincianos; o el de Ricardo Güiraldes, aquí en nuestra tierra, con su Don Segundo Sombra.

Pero a su vez, en el caso de Migno, el lenguaje que él usa, es el lenguaje materno, el que escuchó en su “pequeña madre patria”, su aldea, el que hablaba la gente de a pie, y el que fundamentalmente, “su propia madre podía entender”, a la manera de Frédèric Mistral, como a él le gustaba parafrasear.

Sus poemas están construidos con una trama que exhibe una compleja sencillez, accesible al gran público, resultado de un batallar incesante por lograr la mayor síntesis, y la mayor riqueza expresiva. Una sucesión de “imágenes” permanente, como muchas veces me señalara. Buscando siempre el “nivel medio”, sin bastardear la hondura y el vuelo de su pensamiento, “para que lo entiendan todos”, el de abajo y el de arriba”, como él decía, lo cual plasmaba su plena conciencia de estar sumando su pluma al acervo popular, que es donde quedan depositados los versos de los grandes poetas, a veces con la suerte de hasta llegar a creérselos anónimos.

Este estilo, muchas veces lo llevó a sentirse identificado con innumerables vates admirados por él, pero en especial con su amado José Martí, con quién siempre se sintió hermanado, y a quién destacaba por la “simpleza” de su lenguaje, como “un poeta puro”. Querido por él, como lo fue también Rubén Darío, a quién, en medio de charlas informales, lo llamaba “Rubén”, a secas, lo cual siempre llamó mi atención, dando cuenta de la profunda compenetración con la obra y la persona del Nicaragüense; tea siempre encendida para Migno, y referente ineludible a la hora de pensar nuestra América.

Pero por sobre todas las cosas, su espíritu, fraguado en el Colegio de los Jesuitas de Santa Fe, exudaba una tremenda riqueza literaria; desde Hesíodo a Sócrates y Platón, desde Erasmo de Rotterdam a Ortega y Gasset, desde Omar Khayyam a Rabindranath Tagore o Federico García Lorca, pudiendo seguirse en una lista interminable de autores, de los cuales Migno hacía sus compañeros permanentes de viaje. Y como consecuencia, quienes estábamos a su alrededor solíamos beber el zumo de esa íntima y familiar relación, porque cabe decirlo, y porque no, en el plano de lo personal, todo junto a “Don Julio” era riqueza, a veces en la mayor austeridad de medios.

Esa riqueza, sin dudas, está en el origen de la alquimia que dio como resultado su último libro, “en castellano” como el decía, “Summa Poética” (1987), en cuyos versos, ahora sí, es el propio autor quien nos deja plasmada toda la lírica de su pensamiento.

“Todo poeta es músico”, solía decir, y su poesía daba cuenta de ello. Esa musicalidad fue recogida y acrecentada al ser musicalizada su obra por diferentes artistas. El caso de Rubén del Solar; de Orlando Vera Cruz, en este caso quién más ha trabajado sobre su poesía; de Iván Faisal, y el mío propio, ponen a los versos de Migno en otro escenario, en otro lugar que el de la biblioteca, dándole un vehículo más fluido para el público masivo, como ha pasado con muchos otros grandes poetas.

El lugar que uno elige para vivir es significativo en la vida de cualquier persona, y lo fue para Julio Migno cuando eligió hacerlo en Cayastá, lugar donde se dieron por primera vez cosas muy caras a nuestra argentinidad, fundamentalmente para la región del Río de la Plata, y donde el paisaje y la gente expresan en suma, una profunda síntesis del espíritu costero. Por eso, más que por ser un lugar equidistante entre su San Javier natal y la ciudad de Santa Fe donde desarrollaba sus actividades, lo fue seguramente porque en esas tierras hay también un sabor pleno de origen, savia de la que Migno se nutría para sustanciar su obra. Hoy sus hijas desde aquella casa, sede de la Fundación Julio Migno, junto al antiguamente llamado “Río de los Quiloazas”, hoy Río San Javier, promueven eventos culturales y tratan de difundir la obra de su padre.

Con su muerte, el 5 de diciembre de 1993, quedaron truncas las “Memorias de Chiflidito”, recuerdos de su infancia allá en su pueblo, y mucho material por recopilar de sus columnas radiales; pero nos quedan “sus hijos”, como solía decir Don Julio a la hora de referirse a sus libros, y agregaba – “ellos están vivos, yo no tengo que salir a defenderlos, se defienden solos”-. Realidad que con el paso del tiempo se confirma, porque anidan en el corazón de la gente, a la que él le cantó e hizo expresarse, y en el de los que día a día desde cualquier latitud, se van sumando a medida que van descubriéndolos e identificándose con su universo poético. La lágrima emocionada, el gesto de aprobación ante el acierto luminoso de una realidad hondamente plasmada en cualquiera de sus versos, son signos con que suelen expresarlo cuando nos toca decir alguno de ellos; evidencia clara que la pluma de Julio Migno era una vena abierta de donde fluía una poesía universal y enteramente americana, como la pampa y el río que la contienen.-

Chacra en verano

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*El autor, es compositor e intérprete de música popular. Ha trabajado junto a Julio Migno en programas radiales, actuaciones, y comparte la autoría de algunos temas. El más conocido de ellos “Santa Rosa de mis recuerdos”, fue grabado por Orlando Vera Cruz en 1997, en su CD Paraná Entero”.

Petitorio del Pueblo Originario Mocoví de San Javier a las Autoridades Nacionales

San Javier, 30 de septiembre de 2010

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Señora Presidenta de los Argentinos Dra. Cristina Fernández de Kischner

Señores representantes del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas

Nosotros, integrantes del pueblo Mocoví de San Javier que fuimos considerados desde su fundación en 1743 por decreto del Teniente de Gobernador español Don Francisco Javier de Echagüe y Andía como “Pueblo de Indios”, “Reducción” , “Misión” , éramos una nación numerosa, fuerte y dueña de la naturaleza que nos rodeaba. Hoy estamos totalmente olvidados, dispersos, sumidos en la resignación, sometidos, invadidos, avergonzados, empobrecidos, enterrados en el polvo de la Historia, pero no vencidos.

Nosotros los Mocovíes que recorríamos nuestros bosques, nuestro ríos, nuestras tierras, nuestra islas libremente hasta la profundidad del Chaco, disponiendo de vacas y caballos que criábamos, hoy no tenemos ni un trozo de tierra donde cavar nuestras tumbas, ni un pájaro para disfrutar su canto, ni un lugar para cazar, ni pesca, ni ríos, todo está alambrado, todo está “privado”.

El extranjero tiene “permiso”, el tiene lo que quiere, cabaña, cacería, pesca, buena atención, comidas y bebidas, guías nuestros, presas codiciadas, especies en extinción, y las más bonitas mujeres de nuestro pueblo.

Y nosotros Mocovíes somos extraños en nuestras tierras, somos parias condenados a desaparecer poco a poco como cultura, como raza, como seres humanos… si no hacemos algo. Nuestros “derechos” no pasan de hacer cola en una repartición oficial o privada para pedir una migaja de pan o para que no se nos muera un hijo, un familiar por falta de atención médica.

Por todo ello señora presidenta, señores gobernantes les solicitamos que obren por el bien de nuestras comunidades, otorgándonos lo que a continuación describimos con premura debido nuestra gran necesidad:

Comunidad de Colonia Francesa

1-    Ampliar a 100 bolsones alimenticios.

2-    Instalar Comedor y Copa de leche .

3-    Con desocupación casi total en la comunidad Plan Argentina Trabaja

4-    Comenzar ya la construcción de las 31 viviendas comprometidas desde hace más de un año, con mano de obra local, por Administración estatal.

5-    No a la tercerización con empresas contratadas.

6-    Autorización para la formación de por los menos dos cooperativas de trabajo de la comunidad que trabajen directamente en las obras.

7-    Capacitación laboral a las mismas.

8-    Ensanchar y mejorar con ripio los caminos de acceso a la Colonia desde la Ruta Provincial Nº 1 y a la Escuela Nº 6085 .

9-    Iluminación de la calle pública principal frente a las futuras viviendas.

10- Instalación de agua potable y red de distribución con mano de obra local.

11- Entrega inmediata de los subsidios comprometidos para pequeños emprendimientos productivos.

12- Salita de salud con enfermera y medico permanente. Ambulancia.

13- Construcción de un centro comunitario de usos múltiples para realizar tareas, talleres, cursos, comedor y copa de leche, artesanías, etc.

14- Entrega de tierras en el albardón y en las islas, fiscales o adquiridas por el estado para emprendimientos productivos sustentables, agricultura, ganadería, paja para techerías, etc.

15- Junto con las tierras entrega de maquinas y herramientas para laborarlas, semillas , animales reproductores, etc

16- Becas para los jóvenes

17- Escuela Bilingüe.

Encuentro de Pueblos Originarios

Comunidades y hermanos de SAN JAVIER

Ante la desocupación actual de más del 60 por ciento de la población , y en mayor medida en los integrantes de los  Pueblos Originarios, en una Ciudad de menos de 20.000 personas, sin ninguna industria importante, sin tierras disponibles, con ladesaparición del otrora irremplazable cultivo del Algodón que ocupaba a miles de trabajadores rurales, la falta de lugar hasta para construir un rancho, con nuestros niños desnutridos, solicitamos:

1-    Bolsones alimenticios para cada una de las más de 500 (quinientas) familias originarias totalmente desprotegidas.

2-    Comedor y Copa de Leche para los Barrios Santa Rosa, El Once, Triángulo y La Flecha.

3-    Plan de vivienda urgente ante los ranchos destruidos y tres o más familias hacinadas por  casa.

4-    Agua Potable por Barrio donde está nuestros hermanos.

5-    Cooperativas para la construcción de las mismas, con mano de obra nuestra.

6-    Plan Argentina Trabaja para todos.

7-    Recuperación y devolución de las tierras del llamado “Campo Fisco” de más de 2550 hectáreas, que había sido el producto de una donación con cargo a fines del siglo 19 para los “indigentes” del lugar. De allí los pobladores de la periferia del pueblo , principalmente nuestros hermanos, nos proveíamos de leña, paja para techar los ranchos, pastaje para nuestro ganado y de otros pequeños productores criollos, tierra para ladrillos, etc.   En el ultimo periodo  de la Dictadura Militar instalada en 1976, el gobierno municipal “vendió” en forma irregular a dos o tres personas y a un precio vil el citado campo, dejando totalmente desprotegidos a los más pobres.

Río San Javier

8-    Como Reparación Histórica a la masacre y exterminio de Nuestro Pueblo Mocoví que hiciera el Estado en el mal llamado “Ultimo Malón” el 21 de abril de 1904, donde fuimos destruidos, perseguidos, secuestrados, fusilados, dispersados y despojados  definitivamente de las más de 50.000 Hectáreas de la Colonia Indígena que nos había entregado en propiedad el Gobierno de Nicasio Oroño algunos años antes., solicitamos la entrega con títulos del ex “Campo Fisco” y toda otras tierras en el albardón e islas para desarrollar cultivos y cría de animales que le den sustentos a nuestra comunidades como en los viejos tiempos.

9-    Plan de colonización integral, entrega de maquinas, herramientas, semillas, reproductores, etc. Asesoramiento técnico y capacitación laboral.

Ampliar la Escuela de Jornada Completa Nº 6099 donde concurren la mayoría de los niños del Barrio Santa Rosa, en plena Colonia Indígena y en las puertas del ex “Campo Fisco” . Dotarla de albergue, terminalidad secundaria Agropecuaria y oficios afines, tierras para producir y enseñar . Enseñanza Bilingüe.

 

Pueblo Originario Mocoví de San Javier

 

 

Homenaje al escritor Julio Migno

A raíz de celebrase hoy el 95 aniversario del nacimiento del Poeta de la Costa, Olga Migno nos envía este cálido homenaje que le rinde Luciana Bertucci Zanin. Es un honor y un gusto personal poder rendirle a su vez nuestro homenaje, publicándolo aquí.

Golondrina

El 6 de octubre de 1915 nacía en San Javier, provincia de Santa Fe,  un zorzal de las letras santafesinas y americanas. Su designio sería  lanzar su canto por la pampa gaucha, por la costa litoraleña, inundando de ecos a los pueblos costeros, llevando en la boca “la rebelión del canto”, canto que se desangra y grita las penurias del  corazón nativo…

En octubre, mes histórico para la América morena, llegaba Julio Migno, “el poeta de la costa”, que  se animó a decir en los más variados metros   los crudos pesares de su pueblo mocoví que habitaba y habita su tierra natal :

“San Francisco Javier, mocoví patroncito/¿Ya no nos conocés?/¿´tará tan viejo el indio/que ni el cielo lo ve?(…)Más de doscientos años/ mi pagre san Javier/´tuve dormido a lo indio;/ óidos sin comprender,/ los ojos hechos tierra,/ lengua también,/sin sangre, sin la idioma,/hasta que ayer / soplaron en mis huesos/ que soñaban volver (…) (San Francisco Javier).

Hoy más que nunca, en su cumpleaños, y con motivo también del próximo doce de octubre que erróneamente celebrábamos, sintiéndonos españoles sin serlo, debemos rescatar su legado. Hoy que corren otros vientos y que podemos conmemorar esta fecha como el día del “respeto por la diversidad cultural”. Hoy después de siglos de sangre derramada y de culturas rotas, maltratadas, mutiladas , podemos llegar a pensar diferente… ¿Qué pasa con los pueblos originarios del Chaco , con los mocovíes del litoral santafesino,  y con tantos otros pueblos americanos?… Levantemos las voces de quienes defendieron el ideal de igualdad y de justicia para con nuestros pueblos-raíces,  como dice el poeta cumpleañero, que tan bien conocía el alma del indio porque la palpó de cerca, la tuvo entre sus manos, la acarició con sus versos y la defendió en alaridos:

“Yo sé bien que él sabe lo que son dolores,/yo sé bien que él sabe lo que es su condena:/ tener en el pecho miel, y canto, y flores,/ y andar por la vida con lanza é rencores/ con la vista al suelo, cáida la melena(…)” (Cuando silba el indio)

 

Foto: Enzo Rodriguez

 

Respetar las distintas culturas es respetarnos entre nosotros, y abandonar la errónea filosofía que significó el origen de tanta masacre e injusticia: “civilización/barbarie”, “Buenos Aires y las provincias”, asimiladas a la peyorativa expresión “el interior”.  Todas  son provincias, Buenos Aires también,  y todos tenemos un interior y, a veces, muy rico.  ¿Qué es lo culto y qué lo popular si por cultura entendemos toda manifestación del alma humana?…

En este momento, son realmente claras las palabras del escritor Eduardo Galeano: «Dicen que tiene siete lenguas la boca del dragón. Yo no sé. Pero me consta que muchas más lenguas tiene la boca del mundo, y el fuego de sus lenguas nos abriga. Será siempre poco cuanto se haga para defenderlas del desprecio y del exterminio«

Unámonos como hermanos, démonos un abrazo fraterno y volvamos a pensar el país desde lo auténtico, desde lo nuestro, desde los rasgos que nos diferencian de los demás países, desde nuestra lengua y sus bellos regionalismos. El  respeto por las distintas culturas  significa, ante todo,  pensar las lenguas que las definen, mejor dicho, las lenguas diversas que conviven “ricas” dentro del castellano-argentino, con sus variantes regionales, sus acentos y sonidos particulares, sus términos propios. La riqueza lingüística de la argentina, con el guaraní todavía sonando en las bocas de nuestras abuelas misioneras o correntinas, con el quechua, con el cantito cordobés que se prolonga ondulado en sus sierras.  Nuestra identidad idiomática se conforma de distintas variables, y es un verdadero pecado usar términos extranjeros si los tenemos en nuestro bello idioma. Rescatemos las voces de nuestros genuinos poetas, y todo lo nuestro para dejar de ser una pequeña colonia perdida en el sur de América, sin sangre, sin pasado, sin lengua, sin raíces, reseca, sin identidad…

Por eso  hoy le doy paso a Julio Migno, nuestro “poeta social”, “cazador de versos”  que se animó a denunciar las injusticias con el pueblo trabajador, con el gaucho, con el paisano, con el que menos tiene y el más desamparado, a él le cantó y también al hombre universal.

A la manera de Hernández con el Martín Fierro, Migno denunció las injusticias con el originario, de ahí el título de su obra “La rebelión del canto”. Para él y para los sectores sociales olvidados “vibró su armonioso cántaro de barro” hasta la última célula sonora porque el vate dejó la vida en ello, fue el ruiseñor y la rosa.

Un poeta cuyo canto, como él mismo  como él mismo lo definió en su percepción metafórica, corre “a la manera de un rayo de luz viajando por cristal de noche y sangre…” pasando de lo puramente folklórico y el color local a una poesía refinada y universalista.

¡Vibra hoy poeta!, porque tu re-vibrar es el revivir de los grupos olvidados ,  de todo un pueblo y de la humanidad toda.

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Vibra armonioso cántaro de barro

Tu melodioso colmenar rimado,

Tu destino es vibrar a la caricia

O al golpe del guijarro…

Vibra armonioso cántaro

Tu pregón cadencioso en las borrascas

En métrico tallazo,

tu tienes una llama, haz una antorcha

Para alumbrar tus pasos;

Tienes la oculta clave,

¡Pues encauza en las órbitas celestes

Los forzados atlantes del espacio!

Tienes simiente,

¡Siembra para cosecha de astros!;

derrama tus licores musicales

con un órfico rito silenciario

ajustados a citaras y flautas (…)

Tu melodioso colmenar rimado

Vibra, armonioso cántaro

Cuando esté exhausto tu panal sonoro

Habrá un brutal derrumbamiento de astros.

(Vibra, armonioso cántaro)

Julio Migno

 

Hoy, él ya no está pero permanece vigente en sus versos y en la Fundación que lleva su nombre,  cuyo objeto es mantener sus ideales vivos y luchar ante las injusticias humanas que su poesía vehiculizó. Argentinos, hispanoamericanos, mundo todo, invito a su lectura.

Luciana Bertucci Zanin
Cruz Alta, Córdoba


Carta Abierta de una Maestra en La Brava

La Siguiente carta es lo suficientemente elocuente como para tocar nuestro corazón, quizá. Aunque sea que toque nuestra indignación.

Esta es la carta que escribió Mónica Parvellotti, docente de la escuelita primaria de La Brava:

Soy docente en la escuela primaria de La Brava, en el departamento San Javier.

Hoy, como pasa desde los primeros días de Abril, desperté con el estruendo de los disparos de los cazadores. Día tras día, año tras año recibimos la visita de turistas, en su mayoría extranjeros, que en grupos llegan a estos campos a cazar patos.

Una mañana de abril, mientras izábamos la bandera, escuchábamos los estruendos tan cercanos que parecían provenir del patio de la escuela. Los chicos quedaron impactados. …-señora escuche…pobres patos- fue el comentario sentido de los alumnos. Movilizada comencé a investigar acerca del tema para poder hacer algo por NUESTRO MEDIO AMBIENTE.

Pasaron unos días cuando distintos medios de comunicación santafesinos daban a conocer la preocupación de organizaciones no gubernamentales acerca de la resolución que este año habilita la caza … y realmente los cazadores están disfrutando a pleno esta decisión de la Secretaría de Medio Ambiente: TODOS LOS DÍAS están muy temprano, y a veces también al atardecer cazando quién sabe la cantidad de patos y dejando el lugar minado de plomo, ¡porque son muchos los disparos que se escuchan!, ¿alguien controla esto?

Y los chicos cuentan: -los franceses (así llaman a los cazadores extranjeros) nos dejaron patos y mi mamá los cocinó.-. -Muchos patos muertos vimos con mi papá en el campo. ¿Para qué los matan si no lo van a comer?-. -Los cazadores le traen regalos a mi papá-. – Con mi abuelo salimos a cazar unos patos para comer y encontramos unos que no podían volar y no estaban heridos…. Déjalo – dijo mi abuelo- ese debe estar enfermo-. -¡Hasta el 25 de mayo se escucharon los tiros!-. Señora había unas bolsas llenas de patos muertos, ¿las habrán dejado o se las habrán olvidado?-. Con mi papá pedimos permiso al dueño del campo para juntar leña y vamos después que se van los cazadores y nos traemos la bolsada de patos, porque los dejan muertos en el campo-.

Mientras pasan los días y sigo escuchando lo disparos pienso sí, «pobres patos los matan en cantidades ¿quién controla y puede asegurar que se practica un turismo sustentable en la zona?; pero también pobres chicos ¿qué futuro, qué legado natural le dejamos?: especies extinguidas o en vías de extinción, ambiente contaminado, la idea de que lo económico prima por sobre todo; pobres todos, los que desde cada hogar escuchamos los tiros y seguimos el día como nada, dejando que otros destruyan y contaminen nuestro lugar, todos ignorantes e indiferentes del mañana que hoy vivimos y construimos.

¿Y los responsables dónde están, quienes son?
Todos tenemos parte. Celebro que existan organizaciones que defienden y cuidan el patrimonio natural que es de todos. Desde mi lugar, mi granito de arena, es intentar (y en eso estoy) que mis alumnos tomen conciencia del problema para que el día en que ellos tomen las decisiones lo hagan con responsabilidad; como habitante del lugar manifiesto y hago pública mi preocupación a la vez que invito a otros padres y comunidad en general a hacerlo. Las autoridades y funcionarios que tienen que ver en este tema, ¿toman las decisiones con responsabilidad y respeto? ¿Les importa la salud de la población, el cuidado del medio ambiente, el futuro de nuestros niños?

Y por último, algo que todos debemos tener presente en cuanto al cuidado del medio ambiente: LA RESPONSABILIDAD Y EL RESPETO NO SE NEGOCIAN.

POR RESPETO A MIS HIJOS, MIS ALUMNOS… Y A MI MISMA.

Mónica Parvellotti, docente.

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Fuente: Fundación Santa Fe Activa – Cortesía de «San Javier en Reflejos»

SE RUEGA LA DIFUSION MASIVA DE LA PRESENTE CARTA, UN GRITO DE LIBERTAD Y DE ESPERANZA PARA LOS JOVENES.

Nuestra Casa, este planeta, los lazos que nos Conectan siempre

Queremos aprovechar esta ocasión para hacerles llegar esta reflexión simple acerca de nuestro vínculo con el medio ambiente. Se ha repetido hasta el cansancio que estamos en un ecosistema interconectado, que si un organismo se ve afectado tarde o temprano todo el sistema se verá afectado. Esta no es una hipótesis, es un vínculo permanente a partir del cual se ha desarrollado la vida. Sin embargo ahora no queremos seguir agregando más palabras a esto, porque parece estar más que claro.

En este punto lo interesante es preguntarnos: ¿cómo teniendo conciencia de este hecho seguimos adelante en proyectos que nos afectan en todo sentido?

Lo primero que debemos concebir, para destruir un medioambiente, es haber destruido nuestra integridad como seres humanos. Esto significa: no actuar según sentimos o no actuar según predicamos.

Más allá de cualquier actitud «política», u «análisis complejo» de esta realidad, que es la destrucción sistemática del medio ambiente, lo que nos llama en este momento es reflexionar acerca de que Ser es, necesariamente, Hacer.

El ejemplo de la maestra Mónica Parvellotti es invaluable.

Un Documental

Se han producido una gran cantidad de documentales acerca de este tema. Este documental que les presentamos a continuación se nos hizo valioso porque fue realizado con el aporte de numerosas empresas multinacionales que, paradójicamente en este punto, están interesadas en revertir el cuadro «ecológico» del planeta. Cuadro que para muchos es ya irreversible. La coherencia y la integridad del ser humano parecen ser las claves para crear una realidad más armónica o sufrir definitivamente las consecuencias de haberla perdido.

*Este link no funciona en esta página, haga click sobre el nombre (arriba a la izquierda del cuadro) para verlo directamente en Youtube.

Candecho

por Gabriel Balbuena

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La noche lo transformaba. Lo bendecía. Él no pretendía ni extrañaba, no le molestaban sus pelos sucios sobre la fría placa de cemento de la garita. Y nada más le importaba que saciar su hambre y sueño.

Nada importaría al día siguiente, pensaba. La noche se acercaba aceleradamente, al ritmo que sus miedos excavaban sobre el cadáver del mundo que amó algún día. Ahora su esencia estaba por justificarse, y yo por entenderla ¿Sería aquel brillo brillante del alma? ¿O en la oscuridad existe la luz? La batalla se entremezcla y transforma. Y los momentos se alternan en diferentes realidades eternas; optimismo, pesimismo, armonía o confusión. Aún en el claroscuro del hogar propio vaciló a ciegas y ésos enormes ojos claros siempre dijeron algo más. Y esa figura cada día seducía más mi curiosidad.

Nosotros moríamos de miedo y jamás tuvimos motivos.

Un sábado aterrorizado creí verlo cayendo a la velocidad que creía que estaba subiendo –imaginaba-. Toda una eternidad atraviesa su cuerpo para colapsar de forma tan impactante como silenciosa. Tan irrelevante como significativa. Tan pasajera como inmortal… Permitiendo que sus rasgos bárbaros lo declaren todo. –Epilepsia-. Pensé.

Pero nada importaría al día siguiente y él vivía balbuceándolo, como podía, como había aprendido o sólo como escuchaba. Su hogar se armaba en ladrillos muertos y ramas en la humedad y el calor de la calle Aletín, allí donde sus sueños se disolvían en una maraña de cosas inexplicables. Sólo un rincón, un hermoso rincón del alma, lo clavaba en la punta del abismo. Y sólo un rincón, un benigno rincón del alma, lo frenaba rozando el cielo y el infierno a la vez.
Fue en lo más profundo del abismo donde el temor se desnudaría para siempre. De día o de noche, con su mono en mano; nunca el mañana le importó menos. Abandonó la garita y salió en busca de su día completo, esperando por fingir dureza o esconder el hambre y la soledad. Su figura encorvada se distinguía en la soledad temprana del amanecer de barrio San Antonio y jamás alguien hubiera imaginado que ese hombre sin historia ni futuro aquel día se transformaría en inmortal. Custodiando la noche desde el eucaliptal del molino, desde su lugar.

Sobre un montón de cenizas yacía su cuerpo inmóvil, bañado en luz apagada, u oscuridad encendida. Recibió orgulloso las primeras gotas que recorrieron su rostro sosegado de dolor. Estaba sucediendo. Un envolvente diluvio confundió el camino de todos los fluidos deshaciendo poco a poco las sensaciones del malherido y maltratado cuerpo. Pronto todo había desaparecido menos lo que nunca los demás pudimos ver, menos lo profundo de su corazón. Allí firme, el cadáver más vivo se encontraba luchando con un valor como sólo el miedo puede emerger. Con una eternidad como sólo un instante puede contener. Entonces subió.

El calor envolvente del sol anunciaba el regreso a su verdadero hogar. Las puertas eran el rincón de su alma, y el nuevo día hacía su verdadero sueño realidad.
Había vuelto a su hogar. Había vuelto al cielo abandonando el infierno al cuál fue condenado cuando nació…

Mi Corazón Me Recuerda

Se trata de un cortometraje musical, realizado por Golondrina con fotografías y video tomadas en San Javier, la música pertenece a Lila Downs y la letra es un poema de Jaime Sabines.

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Sabines-03Jaime Sabines (México, 1926-1999) es considerado uno de los poetas más importantes en México en el siglo veinte. También es uno de los poetas más famosos en su país. Su poesía trata de conectarse con el lenguaje común y la oralidad. En Latinoamérica Sabines es considerado uno de los pioneros de la "poesía conversacional", que trató de romper con el lenguaje complicado y difícil de la poesía de la vanguardia. Sabines es famoso por sus poemas sobre el amor y sobre la mortalidad. Es una figura muy querida en México.